el paramilitarismo en el pueblo triqui.

Entre el poder y la resistencia. De acuerdo al concepto, ¿quienes son los verdaderos paramilitares?

El conflicto en el pueblo Triqui, al sur de México, en el Estado de Oaxaca ha estado marcado por décadas de luchas territoriales, desplazamientos forzados y una violencia que ha dejado profundas cicatrices en la comunidad. Dos actores principales en este escenario han sido el MULT (Movimiento de Unificación y Lucha Triqui) y el MULTI (Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente). Sin embargo, más allá de sus nombres, la pregunta clave es: ¿quiénes son los paramilitares en la región y cómo influyen estos grupos en la vida cotidiana de los triquis?.


El MULT: De la Lucha Social al Control Violento

El MULT, nacido en 1980, inicialmente tenía un propósito legítimo: luchar contra los caciques locales, recuperar y defender el territorio perdido y defender los derechos del pueblo triqui. Sin embargo, desde la década de 2000, este movimiento ha ido evolucionando hacia una organización con prácticas que poco tienen que ver con la lucha social y mucho con la política de control y poder. El MULT ha llegado a financiar grupos armados a través de recursos federales y estatales, convirtiéndose en un jugador clave dentro de la política local y estatal.

Hoy en día, el MULT no solo tiene un partido político propio, el Partido Unidad Popular, creado en 2003 por el exgobernador priista José Murat y Heriberto Pazos, dirigente del MULT en ese entonces, sino que también ha incrustado sus intereses dentro de las filas de MORENA, el partido en el poder.

Su relación con el gobierno no solo se limita a la esfera política, sino que también incluye un estrecho vínculo económico. Los recursos federales y estatales, provenientes de diversas dependencias del gobierno, son utilizados para financiar a sus grupos armados, los cuales operan en la región de manera violenta, afectando a la comunidad y desplazando a quienes se oponen a su control. Además, el MULT ha logrado tener una presencia significativa en la política, con figuras como Beatriz Pérez López (hija de Juan Domingo Perez Castillo – jefe paramilitar) , Emelia Ortiz (hija de Manuel Ortiz – máximo jefe paramilitar) y Virginia Merino, quienes se desempeñan como diputadas federales.

En el ámbito local se puede ver a Marcelo Merino actual director de la Defensoría Publica del Estado de Oaxaca, a Silverio Martinez Avila ex director del extinto Instituto Oaxaqueño de Atencion al Migrante, Nicolás Feria diputado local por MORENA y militante del MULT, a su padre Enrique Feria coordinador del MULT en a mixteca y director del Instituto de la Vivienda en Oaxaca; y Rufino Merino ex diputado local, entre muchos mas , que ocupan cargos en el ámbito local. El MULT también tiene control sobre presidentes municipales y directores de diversas dependencias gubernamentales, lo que le permite triangular recursos y mantener su influencia sobre la región.


El MULTI: Resistencia y Transparencia

En contraposición al MULT, el MULTI, fundado en 2006 como una respuesta a la corrupción y la falta de transparencia dentro del MULT, ha mantenido una postura firme de lucha social y defensa de los derechos humanos, sin involucrarse en el juego de la política electoral. El MULTI, a lo largo de su historia, ha buscado la autonomía del pueblo Triqui, como se evidenció en su propuesta del municipio autónomo de San Juan Copala en 2007, una propuesta que no fue bien recibida por las esferas del poder político priista ni por los caciques locales que controlan la región. El MULTI no participa en los intereses políticos ni en las negociaciones de poder que caracterizan al MULT, y se ha centrado en defender el territorio, la autonomía del pueblo triqui, los desplazados, los presos políticos y las víctimas de la violencia paramilitar.

Una de las principales características del MULTI es su resistencia a las prácticas de corrupción y manipulación política que han empañado al MULT. A lo largo de los años, el MULTI ha buscado presentar proyectos de paz y reconciliación, sin embargo, estos han sido sistemáticamente ignorados o incluso saboteados por aquellos que se benefician del control territorial y social que ejerce el MULT. La lucha del MULTI es clara: recuperar la autonomía de los pueblos triquis y garantizar que las futuras generaciones vivan en un entorno de paz y justicia, sin ser oprimidos por la violencia paramilitar ni por el caciquismo político.


La Violencia y el Desplazamiento Forzado

Uno de los aspectos más dolorosos de este conflicto ha sido el desplazamiento forzoso de comunidades triquis. El MULT, en su afán por expandir su influencia, ha desplazado a varias comunidades, como Tierra Blanca (2020), San Juan Copala (2010) y San Miguel Copala (2010). Este desplazamiento no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia de control basada en la violencia y el miedo.

Por su parte, el MULTI ha sido víctima directa de la violencia paramilitar, pero su lucha se centra en defender a los desplazados, los presos políticos y las víctimas de la violencia. En su esfuerzo por restaurar la paz, el MULTI ha sido el único movimiento que ha propuesto vías de solución pacíficas, aunque estas han sido recibidas con hostilidad por aquellos que buscan mantener el status quo del control a través del terror y la coacción.

La postura férrea y comprometida del MULTI en la defensa de los derechos humanos y la justicia ha generado una feroz persecución en su contra. Miembros del MULTI han sido víctimas de desplazamientos forzosos, asesinatos, persecución política y encarcelamiento. El gobierno y el MULT, interesados en silenciar las voces disidentes que cuestionan su control y corrupción, han utilizado estos métodos para callar las demandas de autonomía y justicia que el MULTI sigue levantando.


Reflexión Final: ¿Quiénes son los paramilitares en el pueblo Triqui?

En el contexto del pueblo Triqui, los paramilitares no son solo los grupos armados que operan al margen de la ley, sino también aquellos actores políticos que, bajo la fachada de una lucha social legítima, han optado por el control violento y la manipulación política para mantener su poder. El MULT es un claro ejemplo de cómo un movimiento social puede transformarse en una estructura paramilitar, utilizando el control territorial y las tácticas de violencia para asegurar su hegemonía. Su vínculo con el poder político y el uso de recursos federales y estatales para financiar sus grupos armados lo convierten en uno de los principales actores del paramilitarismo en la región.

Por otro lado, el MULTI es el verdadero defensor del pueblo Triqui, que lucha por la autonomía y la justicia sin recurrir a la violencia ni a la manipulación política. Mientras el MULT busca perpetuar su control a través del miedo y la corrupción, el MULTI sigue firme en su propósito de liberar a la comunidad de las garras del caciquismo y la violencia paramilitar.

En última instancia, la diferencia fundamental entre el MULT y el MULTI radica en su relación con el poder: el primero se ha convertido en un instrumento del poder político y económico, mientras que el segundo sigue siendo una organización legítima que lucha por la libertad y los derechos humanos del pueblo Triqui, enfrentándose a la represión y la violencia en un contexto donde callar sus voces es la prioridad de aquellos que temen perder el control.

Conviene preguntarse entonces, ¿se trata de una lucha interétnica por el poder? ¿un conflicto difícil de resolver? o mas bien es una problemática alimentada por actores externos que se benefician de la violencia y usan esta como un mecanismo de control y negociación.